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ECONOMÍA CIRCULAR: Menor impacto desde el ecodiseño al reciclado

04economiacircularLa Comisión Europea está trabajando en una estrategia de impulso de la economía circular. El objetivo es transformar Europa en una economía más competitiva en la eficiencia del uso de los recursos.

La economía circular es un concepto económico de desarrollo sostenible mediante la producción de bienes y servicios con reducción del consumo y desperdicio de materias primas, agua y energía. Se le llama economía circular, no lineal, pues se basa en el principio de cerrar el ciclo de vida de los productos y servicios. Se imitan los ciclos de la naturaleza, en los que se utilizan los recursos de forma eficiente, no hay basura y todo se reaprovecha.

Este nuevo paradigma económico va más allá del tradicional reduce, reusa y recicla. Se basa en el ecodiseño de productos, teniendo en cuenta sus materiales, procesos de fabricación y uso, de forma que consuman poca energía y no se generen desechos. Los productos deben poder extender su vida útil al ser fáciles de reparar y, finalmente, cerrar el círculo siendo reutilizables y fáciles de desmontar.

En una dimensión más de estrategia empresarial, la economía circular necesita de la definición de modelos para que los fabricantes puedan ser incentivados económicamente para recoger, volver a fabricar y distribuir los productos que hacen. Inicialmente puede ser necesario premiar aquellos productos de menor impacto para que sean competitivos.

Todo esto suena muy bien, pero estamos inmersos en un círculo vicioso en el que se diseñan y fabrican productos que son más baratos de reponer que de reparar. Usar y tirar. La evolución de la tecnología hace que los usuarios no tengamos ninguna motivación para conservar o reparar los aparatos. En poco tiempo se quedará obsoleto por conectividad, compatibilidad de software y prestaciones. Los productores protegen su negocio diseñando aparatos que son cajas cerradas, en contra de una modularidad que permitiera su actualización.

Los principios de diseño de usar y tirar persiguen ciclos de vida cortos de los productos. También provocan que desaparezcan actividades económicas de reparación y mantenimiento y florezcan otras de distribución tanto de productos nuevos como de residuos. El resultado, mayor consumo de materias primas, mayor consumo de energía en la fabricación y distribución y mayor cantidad de residuos. Poco sostenible.

La economía circular es, por definición, más eficiente, más sostenible y, por tanto, hará los buenos productos más rentables. ¿Y qué puedo hacer yo para favorecer el cambio de paradigma? La respuesta es ejercer un consumo responsable:

  • Comprar productos más eficientes en su uso.
  • Comprar productos que generen menos residuos, desde el embalaje al desecho final de su fin de vida útil, pasando por sus consumibles.
  • Elegir marcas con programas de recogida y gestión del producto al final de su vida útil.
  • Consumir productos de cercanía.

Y no olvidar las 3R:

  • Consumir lo necesario, sin excesos sólo porque lo puedo pagar. (Reducir)
  • Reparar lo reparable, favoreciendo la actividad económica local. (Reducir)
  • Dar un nuevo uso con un poco de imaginación o donar los productos a otros que todavía les puedan dar mayor uso. (Reusar)
  • Ayudar al reciclado, segregando y gestionando correctamente los residuos. (Reciclar)

Cabe recordar que en cada compra que hacemos estamos votando por un modelo económico y social. Votamos e influimos mucho más con nuestro dinero que en las urnas. Sí, tenemos el poder como consumidores, ahora sólo falta saber utilizarlo.